En Scrum, un proyecto se ejecuta en una serie de períodos cortos y siempre del mismo tamaño.
Cada período recibe el nombre de iteración, y tiene que proporcionar un resultado completo el cual se va integrando hasta obtener la solución completa.
El proceso inicia a partir de una lista de requerimientos de un producto o servicio el cual sirve como base para realizar el plan y se estructura un objetivo general.
Cada iteración, la cual recibe el nombre de sprint, puede tener una duración de 15 o 30 días.
Inicia con una planificación en la cual se toma una parte de los requerimientos los cuales se priorizan, estiman y asignan para lograr un entregable o entregable de valor.
En la ejecución del sprint va creando el o los entregables.
Cada día, los miembros del equipo inspeccionan el trabajo realizado, las dependencias entre tareas y los obstáculos para poder hacer las adaptaciones necesarias que permitan cumplir con el compromiso adquirido.
Existe una figura llamada Facilitador (Scrum Master) se encarga de que el equipo pueda cumplir con su compromiso y de que no se merme su productividad.
Al finalizar el sprint se tiene una sesión de demostración al cliente del entregable o incremento del mismo. Así mismo, el equipo analiza cómo ha sido su forma de trabajar y cuáles son los problemas que podrían impedirle progresar adecuadamente, mejorando de manera continua su productividad.
El Facilitador se encargará de ir eliminando los obstáculos identificados.
Se inicia nuevamente un sprint, hasta completar la funcionalidad del producto o servicio.
